Así como a su padre lo embargaba la nostalgia, hoy, ésta se apodera del corazón de los amantes del vallenato por la partida del compositor, verseador y cantante Poncho Cotes Junior, quién demostró con su amor inmenso por el género cómo a través de las letras se pueden llorar a los amores, se declarara un sentimiento, se despide un alma herida y se pueden querer dos cosas: “La Parranda y La Mujer”.
La Sociedad de Autores y Compositores de Colombia, SAYCO, se une a la tristeza de su familia y seres queridos extendiendo su apoyo y respaldo para las obras fúnebres del Maestro que se llevarán a cabo en Villanueva, La Guajira y de la cuales la sociedad se hará cargo.
Cotes Jr, quién era miembro de SAYCO, dejo un gran legado para la música vallenata, de acuerdo a lo expresado por el Gerente Poldino Posteraro, quién manifestó que “siempre que parte un compositor de la talla de Poncho, se siente un vacío, baluartes como él, no se pueden reemplazar, sólo queda el consuelo de refugiarse en su legado despidiéndolo como se hace con los grandes: entonando sus canciones y recordando sus anécdotas”, concluyó Posteraro.
Lázaro Alfonso Cotes Ovalle falleció la noche del viernes 4 de diciembre tras haber sufrido un infarto a sus 62 años en una clínica de Valledupar. Oriundo de Manaure, Cesar inmortalizó letras como Se Equivocó, Ahí va la que Me Gusta, Dime Tú, Porque Tengo que Ser Yo, La Mentira de tu Amor y su orgullo más grande, su preferida como él solía decir después de haberse inspirado a escribirla tan sólo a sus escasos 18 años, La Parranda y La Mujer, entre muchas otras.
El Maestro se equivocó, su partida sí mortifica, se fue dejando heridos los corazones de los colombianos, gritando la angustia y el dolor que se guarda en el pecho cuando se marchan los compositores que han dejado huella, que han acompañado las largas noches de parrandas esperando el amanecer para borrar el sufrimiento y darle la bienvenida a la esperanza ardiente como el sol.