“Cumplimos con el mandato de sembrar la semilla, de difundir y preservar nuestro folclor”, expresó Iván Villazón al finalizar la edición 57 del Festival Vallenato que se realizó en su honor en Valledupar durante una semana.
Iván Villazón “se puso la 10 con el Festival Vallenato” porque gozó su homenaje y en forma maratónica estuvo en todos los eventos donde lo invitaron: lanzamientos, conversatorios, homenajes, exaltaciones, encuentros, conciertos y entrevistas.
Engalanó el desfile de las Piloneras con más de tres horas de recorrido en una carroza; tuvo ocho conciertos en tres días y compartió escenario con los compositores Fabián Corrales, Iván Ovalle y José Alfonso ‘Chiche’ Maestre, quienes les han entregado éxitos como ‘El detallista’, ‘Caminitos del Valle’ y ‘Que siga la fiesta’.
La Sinfónica de Colombia le hizo un homenaje en la plaza Alfonso López; La Filarmónica del Cesar lo exaltó en el Callejón de la Estrella; asistió a los conversatorios con la etnia Kankuama en el corregimiento de La Mina, al norte de Valledupar; estuvo en las universidades de la Udes; la Andina; Concejo de Valledupar y en el parque de La Leyenda recibió las condecoraciones del Congreso, la Gobernación del Cesar, Alcaldía, Carnaval de Barranquilla y La Fundación del Festival de la Leyenda Vallenata.
Cuando habló de su vida, contó en los diferentes auditorios el enfrentamiento que tuvo con su padre Crispín Villazón al dejar los estudios de Derecho para dedicarse a la música; motivo por el cual se fue de la casa con su cama, un kilo de arroz y una docena de huevos que le dio su querida madre, Clara Elena Aponte en Bogotá.
Dejó claro que en su corazón vive la pasión por la música. Lleva más de 35 discos en sus 40 años de trayectoria musical. Participó varias veces en el Festival Vallenato ganando con ‘El Cocha’ Molina en Acordeón Profesional. Cada año vive grabando. Nada lo detiene.
Iván Villazón finalizó su homenaje con la presentación de una revista musical en el parque de la Leyenda ‘Consueloaraujonoguera’, con acordeoneros, compositores, banda papayera; al maestro de la caja, Rodolfo Castilla y la agrupación de los Arahuacos, que le dedicaron varios versos. Allí cantó con su hijo Iván David, quien lleva su legado.
“Me siento muy agradecido con Dios por esta maravillosa experiencia y con la Fundación del Festival de la Leyenda Vallenata por este homenaje que llevaré siempre en mis recuerdos. Seguiremos con la bandera del vallenato auténtico para que Colombia y el mundo disfruten de nuestras canciones”, concluyó Iván Villazón.