Nueve años de la muerte de Consuelo Araújonoguera


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Por Juan Rincón Vanegas. juanrinconv@hotmail.com 

 Aquí en nuestros corazones

por siempre Consuelo vive

mil bendiciones recibe

al sonar los acordeones,

cantan merengues y sones

paseos y puyas con fervor.

Cantemos el ‘Amor, amor’

en un coro celestial

a la Reina del Festival

con un profundo dolor.

Julio César Daza

 

Así era Consuelo Araujonoguera. De temple, sin pelos en la lengua, noble y franca en el reproche y en el elogio. Su dedicación la llevó a lograr sus objetivos y posicionar la música vallenata hasta alcanzar la más alta posición en el folclor colombiano.

Ella, quien hoy cumple nueve años de su muerte, fue la mujer que puso a andar el tren del Festival de la Leyenda Vallenata, dándole la forma más exacta que todavía hace posible que durante cinco días “nadie se acuerde ni de la muerte”.

La vida de una persona no se acaba cuando se muere porque en el universo vallenato que ocupó Consuelo Araujonoguera, quedaron fotografiados, pintados y escritos, los más bellos recuerdos y las tristezas que nunca se borran así los años corran con la fuerza que le dan los días, las horas, los minutos y los segundos. En el caso de ‘La Cacica’ esta es una realidad inocultable, dejó su propio sello en todo el accionar sobre el campo del folclor, de la cultura, del periodismo y de su quehacer provinciano desde donde dio el salto a la gran capital desde donde también impuso a su Valledupar del alma. De esta manera es preciso recordar el verso del compositor Armando Zabaleta:

 

Yo se muy bien que en tu tierra querida

has dejado un vacio que no hay como llenarlo.

Porque es verdad que el tiempo

que se va no regresa,

solo queda el recuerdo

de las cosas queridas.

 

Nueve frases

 

De Consuelo Araujonoguera, traigo a colación en su noveno aniversario, igual número de frases que la pintan de cuerpo entero o de pié como vivió su vida.

 

1.- Para sacar adelante el Festival de la Leyenda Vallenata han sido indispensables noches de insomnio y días sin descanso para poder hacer todo lo que está hecho, pero hoy podemos decir que, pese a que la tarea no está concluida, hemos logrado rescatar parte importantísima de nuestro pasado histórico y echar las bases de lo que ahora es, sin discusión, la mejor imagen de Valledupar y de lo que los vallenatos somos y representamos ante Colombia y ante el mundo.

2.- El Festival de la Leyenda Vallenata no es una simple reunión de conjuntos típicos de acordeón, de compositores, de cantantes que durante varios días, al calor de unos tragos, interpretan canciones, sino que detrás de todo eso, que también existe, está latente una poderosa fuerza cultural de hondas raíces y grandes proyecciones que no podría dejarse perecer.

3.- Festival Vallenato. El auténtico. El legítimo. Más de un centenar de Reyes. Dinastía única en el mundo donde los cantores de la tierra sencillos y humildes, con olor a potreros verdes y sabor de agua dulce, son los soberanos de la alegría que han tenido y tienen el poder de cambiarnos la vida y hacerla trascendente. El privilegio de llenar el alma de sentimientos por la sola virtud de sus dedos inquietos sobre el fuelle vibrante. Gobernadores reales de la unidad, la fraternidad y la convivencia en un país cansado de duelos y afónico de largos llantos.

4.- La música vallenata con el paso de los años se impondrá en el mundo.

5.- El vallenato de verdad no se hace. No se fabrica. No se elabora, ni siquiera, digo yo, se piensa o se diseña. El simplemente nace. Nace con fuerza como cualquier muchachito entre sollozos y pataleos después de que lo engendra el sentimiento y lo pare la inspiración.

6.- Las palabras que más me gustan del Lexicón del Valle de Upar son ‘Fundingue’ y ‘Carrandanga’: Y la palabra que más detesto del castellano es Hubiera, porque es derrotista y triste y no debiera existir.

7.- Yo pienso que el periodismo es la gran antorcha de la libertad y tenemos los periodistas que vivir muy alertas para defender a la comunidad y nuestros valores.

8.- Gracias, muchas gracias a todos los que de aquel abril incierto de 1968 creyeron en el festival. Gracias a los muertos que nos acompañaron con su alegría y a los vivos que nos apoyan con su fe en esta empresa hermosa de llevar la música vallenata a todos los rincones del mundo.

9.- Confío en el vallenato vallenato, el auténtico, el puro, el sacrosanto vallenato de Francisco El Hombre. De ‘Chico’ Bolaño, de Emiliano Zuleta Baquero, de Lorenzo Morales, de Luís Enrique Martínez, de Escalona, de Tobías Enrique, de Gustavo Gutiérrez, y de otros tantos que valoro, no muera nunca de muerte natural y menos asesinado por los reformadores con alma de mercaderes.

 

El sello…

 

‘La Cacica’, ‘La pilonera mayor’ y ‘La mamá grande del vallenato’, en todo lo que hizo dejó su sello y quien mejor que Andrés Emilio Beleño, el Primer Rey de la Piqueria del Festival de la Leyenda Vallenata, para decirlo en versos:

 

Mujer que nos dejó tanto

antes de irse para el cielo,

el Festival Vallenato

es un sello de Consuelo.

 

La piqueria vallenata

de ella tiene mil recuerdo,

en todas partes se canta

y es un sello de Consuelo.

 

Del mundo y Colombia entera

quieren venir a este suelo,

para ver las piloneras

que es un sello de Consuelo.

 

Precisamente hablando de piloneras y piloneros recuerdo el verso más popular de esta tradicional danza:

 

A quién se le canta aquí

a quién se le dan las gracias.

A los vienen de afuera

o a los dueños de la casa.

 

Hoy más que nunca la respuesta es precisa. Las gracias se le dan a la mujer que entregó su corazón, su alma y puso su sello para que la música vallenata tuviera su propia casa en Valledupar.

 

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