SAYCO rinde homenaje al natalicio del maestro Marco Rayo

La Sociedad de Autores y Compositores de Colombia SAYCO rinde homenaje al natalicio del maestro Marco Rayo, quien dejó un  legado musical con sus   más de 150 canciones dedicadas a Colombia y la satisfacción de haber llevado su música a lugares insospechados.

Compuso más de 150 canciones grabadas en casetes Maxell, que atesoraba en su cuarto, de donde pocas veces salía. Muchas de ellas formaron parte de Un canto a Colombia, un proyecto al que dedicó más de veinte años. Una serie de canciones descriptivas dedicadas a las regiones de Colombia y a la belleza de sus paisajes, que soñaba grabar para que el mundo conociera a su país por medio de canciones; porros, bambucos, cumbias y currulaos formaban parte de esta amalgama de composiciones.

Marco Rayo nació en Cartago el 15 de abril de 1918, allí donde “hasta las piedras piensan y los gallos cantan bambucos al amanecer”, como repetía una y otra vez al referirse a su pueblo. Campesino y carpintero, con sus manos construyó su primera guitarra y el río de su pueblo fue su primera inspiración.

Le encantaba contar las historias de sus viajes, de sus hazañas, en las grandes fiestas que organizaba, como buen anfitrión que era; noches irrepetibles en las que estrenaba con orgullo sus creaciones.

escenarios como el emblemático Teatro Blanquita, donde se codeó con lo más granado de la música; retratos con Agustín Lara, José Alfredo Jiménez y Olga Guillot dan cuenta de ello. Éxitos que anhelaba repetir junto a sus hermanos, con quienes conformó, a finales de los años 70, la Orquesta Órbita 99 de Marco Rayo y con la que soñaba conquistar a España con la música colombiana.

Ganador en dos ocasiones del Festival de la Canción Colombiana de Villavicencio, con las obras Valle del Cauca y Contienda musical. Así mismo fue pionero de la música publicitaria, en la que se destacó su jingle de La Fina, la margarina.

Sin lugar a dudas, su más insigne composición es la cumbia Cartagena de Indias, canción que escribió sin conocer La Heroica. Y así, sin conocer casi nada, sin saber casi nada, más que unas pocas letras, recorrió caminos y cruzó fronteras.

Ciento un años después de su nacimiento lo recordamos, lo revivimos mediante su música.

 

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